Día litúrgico: 29 de Septiembre: Los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
«Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre»
+ Cardenal
Jorge
MEJÍA
Archivista y Bibliotecario de la S.R.I. -(Città del Vaticano, Vaticano)
Hoy, en la fiesta de los Santos
Arcángeles, Jesús manifiesta a sus Apóstoles y a todos la presencia de
sus ángeles y la relación que con Él tienen. Los ángeles están en la
gloria celestial, donde alaban perennemente al Hijo del hombre, que es
el Hijo de Dios. Lo rodean y están a su servicio.
«Subir y bajar» nos recuerda el episodio del sueño del Patriarca Jacob, quien dormido sobre una piedra durante su viaje a la tierra de origen de su familia (Mesopotamia), ve a los ángeles que “bajan y suben” por una misteriosa escalera que une el cielo y la tierra, mientras Dios mismo está de pié junto a él y le comunica su mensaje. Notemos la relación entre la comunicación divina y la presencia activa de los ángeles.
Así, Gabriel, Miguel y Rafael aparecen en la Biblia como presentes en las vicisitudes terrenas y llevando a los hombres —como nos dice san Gregorio el Grande— las comunicaciones, mediante su presencia y sus mismas acciones, que cambian decisivamente nuestras vidas. Se llaman, precisamente, “arcángeles”, es decir, príncipes de los ángeles, porque son enviados para las más grandes misiones.
Gabriel fue enviado para anunciar a María Santísima la concepción virginal del Hijo de Dios, que es el principio de nuestra redención (cf. Lc 1). Miguel lucha contra los ángeles rebeldes y los expulsa del cielo (cf. Ap 12). Nos anuncia, así, el misterio de la justicia divina, que también se ejerció en sus ángeles cuando se rebelaron, y nos da la seguridad de su victoria y la nuestra sobre el mal. Rafael acompaña a Tobías “junior”, lo defiende y lo aconseja y cura finalmente al padre Tobit (cf. Tob). Por esta vía, nos anuncia la presencia de los ángeles junto a cada uno de nosotros: el ángel que llamamos de la Guarda.
Aprendamos de esta celebración de los arcángeles que “suben y bajan” sobre el Hijo del hombre, que sirven a Dios, pero le sirven en beneficio nuestro. Dan gloria a la Trinidad Santísima, y lo hacen también sirviéndonos a nosotros. Y, en consecuencia, veamos qué devoción les debemos y cuánta gratitud al Padre que los envía para nuestro bien.
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Fuente: evangeli.net
Gloria a ti Señor Jesús.
ResponderEliminarAngel de mi guarda, dulce companía, vela junto a mi de noche y de día, no me dejes nunca pués me perdería.- Gracias diarias a Dios y a la Virgen por los cuidados y ayudas que nos brindan.- Una oración por el Papa Francisco.-
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